La mecánica suele nacer de la vocación, y en el caso de Josef Sánchez González esa pasión apareció muy pronto. Nieto y sobrino de mecánicos, empezó a trabajar con solo 16 años como repartidor de recambios. Fue entonces cuando el dueño de un taller lo sorprendió reparando su propia moto con las herramientas prestadas. Aquel gesto dejó claro que había talento: poco después, Josef ya estaba trabajando en ese mismo taller, iniciando una trayectoria profesional fuera de lo común para su edad, pero marcada desde el principio por la inquietud y las ganas de aprender.

Durante años, Josef pasó por distintos talleres multimarca de su zona, como Autohaus y Carrión. Precisamente en Carrión vivió una etapa clave: casi diez años en los que asumió prácticamente todas las responsabilidades del negocio, desde la parte técnica hasta la gestión integral. Una experiencia que él mismo resume con una frase que lo dice todo: “Lo llevaba todo menos pagar las nóminas”. Era evidente que su camino terminaba en su propio proyecto.

Ese paso llegó en enero de 2021, cuando, gracias al apoyo de Álex Rechi, responsable comercial de Recanvis Aicrag en la zona, encontró la oportunidad perfecta para emprender. Rechi lo puso en contacto con un taller cuyo propietario quería vender, y el acuerdo fue tan positivo que el anterior dueño se quedó trabajando con Josef durante el primer año. Así nació MotorSAG (SAG por Sánchez González), un taller que primero se construyó con oficio y visión, y después consolidó su identidad como taller SPG.

Desde el inicio, MotorSAG apostó por una propuesta técnica de alto nivel, centrada en la electrónica del vehículo: diagnosis avanzada, reprogramación de centralitas y reparaciones complejas. Josef lo tenía claro: dentro de las muchas áreas del automóvil, esa era la que dominaba y la que le permitiría diferenciarse. Hoy, el equipo lo forman cuatro técnicos especializados —David, Manolo, Xavi y el propio Josef— junto a Miriam, responsable de la gestión administrativa. Un grupo compacto y coordinado donde cada uno aporta su especialidad, mientras Josef compagina la dirección del negocio con las intervenciones electrónicas más complejas.

Esa especialización ha convertido a MotorSAG en un punto de referencia para averías difíciles. Muchos clientes llegan derivados de otros talleres que no han logrado encontrar el fallo. Reparación de centralitas, cuadros, módulos ABS y airbag, o diagnosis de problemas complejos forman parte del día a día. Además, el taller trabaja en colaboración con otros centros para derivar operaciones que no encajan con su foco principal —como cajas de cambio o instalaciones de GLP— priorizando siempre la eficiencia y la calidad del servicio.

El crecimiento de MotorSAG ha sido firme, sin prisas, sustentado en maquinaria moderna y, sobre todo, en una filosofía basada en la confianza. Josef destaca que la mayoría de sus clientes ni siquiera solicitan presupuesto: llegan porque alguien les ha recomendado el taller. El boca-oreja es su mejor marketing. Aunque en su momento experimentó con redes sociales como TikTok e Instagram con buena respuesta, hoy prefiere un uso más limitado: su objetivo no es crecer sin control, sino mantener el equilibrio entre un trabajo excelente y la calidad de vida.

En esa línea, Josef mira al futuro con un plan claro: consolidar el equipo, delegar parte de la gestión y ganar tiempo personal. Una decisión que nace también de una experiencia vital dura —la pérdida de un amigo en un accidente— que le hizo replantearse prioridades. “No todo es trabajar”, afirma.

MotorSAG es hoy un ejemplo de cómo la vocación, la experiencia y una apuesta técnica bien definida pueden construir un taller con identidad propia. Y, como miembro de SPG Talleres, reafirma el valor de pertenecer a una red que aporta imagen, soporte y formación de primer nivel. Una historia de profesión, crecimiento y confianza que refuerza el compromiso de SPG con talleres que marcan la diferencia.