En Crevillente (Alicante), Centro Chapa Stylecar lleva más de 15 años demostrando que un taller puede llegar “hasta donde haga falta” cuando el objetivo es hacer las cosas bien. Fundado en 2010 por Javier Martínez, este centro se ha convertido en un referente local gracias a un equipo de 13 profesionales —administración, chapa, pintura y mecánica— que comparten una misma forma de trabajar: calidad, esfuerzo constante y compromiso real con el cliente.

Esa filosofía no se queda en palabras. Se vive en el día a día y, sobre todo, en situaciones donde la mecánica deja de ser rutinaria para convertirse en un reto. Es lo que ocurrió con una de sus últimas “aventuras entre coches”, protagonizada por Cristian, electromecánico del taller. Cristian respira motor desde niño: ayudaba a familiares en rallies desmontando y reparando coches de competición, y más tarde consolidó su vocación con estudios de grado medio y superior en automoción. Hoy, su experiencia y curiosidad técnica son parte clave del ADN del taller.

La historia arrancó con la llegada de un Saab 9-5 2.3 Turbo. A simple vista, el coche parecía estar bien conservado, pero escondía un problema serio: la correa de accesorios había saltado en plena conducción y, para colmo, faltaba una polea completa. Lo que debía ser una reparación estándar se convirtió rápidamente en un rompecabezas. No había recambios oficiales disponibles ni información técnica clara, así que tocaba investigar.

Cristian comenzó desmontando un soporte del motor para acceder a la zona afectada. El primer intento no funcionó: la polea enviada no encajaba, rozaba con el chasis y la correa no correspondía con la medida necesaria. Lejos de rendirse, el equipo fue más allá y buscó respuestas fuera de los canales habituales. La pista definitiva apareció en foros internacionales especializados en Saab: el fabricante había realizado una modificación posterior al diseño original, anulando una polea y requiriendo una correa más corta. Ese dato no figuraba en la información oficial, pero era justo lo que necesitaban.

Tras dos días de pruebas, consultas y búsqueda de piezas, encontraron la correa correcta y el Saab volvió a la vida. La satisfacción fue doble: por la reparación conseguida y por la confirmación de que la constancia, el método y la curiosidad técnica marcan la diferencia. El cliente, que ya veía el caso casi imposible, recuperó su coche y su tranquilidad.

En Centro Chapa Stylecar lo tienen claro: cada desafío es una oportunidad para aprender y reforzar el compromiso con quien confía su vehículo al taller. Y Javier Martínez lo resume con un consejo directo para cualquier conductor: apostar por el mantenimiento preventivo evita sustos y ahorra mucho dinero en reparaciones futuras.